Lo menos que dicen los que saben, es que el almirante Alberto Gasque Peña, director del puerto de Manzanillo, está viviendo una novatada tendida por su propio equipo gerencial, quienes le han persuadido de que las terminales incumplen las Reglas de Operación del Puerto (ROP), lo que justificaría que los funcionarios asignen las terminales de desembarque a los importadores y exportadores.
Se dice, además, que los gerentes o empleados de nivel cuasi directivo: José Domingo Sánchez, Marcos Paul y Elisa López, han aprovechado la falta de conocimiento del almirante sobre el funcionamiento operativo, comercial y estructura legal del puerto, para cobrar viejas rencillas a empresas, maniobristas y operadores sin tener en cuenta el alcance legal de sus acciones.
Y es que Gasque, con apenas un mes en el cargo, aún está en periodo de conocer a plenitud el funcionamiento y entramado legal del recinto.
Mientras tanto, dichos funcionarios hacen de las suyas y ya han causado el primer conflicto al almirante con la compañía maniobrista La Junta. Y es que le han prohibido, sin tener atribuciones, la descarga de buques a pie de muelle, lo que constituye una clara violación a los contratos que la empresa tiene suscritos con la Asipona.
Desde luego, ante la prohibición de descargas de buques en La Junta, los funcionarios se sacaron de la manga una solución: que los buques descarguen en Hazesa, la terminal concesionada al empresario transportista Raúl Sandoval, cuyas instalaciones están por la calle de la amargura, pero eso no importa si se trata de cobrar revanchas.
¿No es que nadie sea mal pensado, pero tanto insiders como outsiders, se preguntan cuál es el interés del “clan de los gerentes” al beneficiar y otorgar tan generoso regalo a Don Raúl?, ¿Cómo es posible que tantas cosas buenas le estén pasando a Don Raúl?¡Muchos se preguntan!
Eso es algo que tendrá que investigar la Semar, que encabeza el Almirante Rafael Ojeda Durán, quien, ya de suyo, tiene suficientes frentes abiertos, específicamente ante los candidatos a la presidencia, quienes lo han venido cuestionando por la seguridad en aduanas y puertos.
Así que flaco favor le hacen al almirante Gasque Peña los funcionarios de bajo nivel, en aras de cobrar facturas, mediante una interpretación sesgada de las Reglas de Operación del Puerto de Manzanillo, lo que podría traer consecuencias negativas para todos, especialmente para la reputación del puerto, que además de saturado, ahora debe enfrentar cuellos de botella burocráticos.
Por Gabriel Rodríguez / Opinión
