Por Gabriel Rodríguez / Opinión

 

Mientras los EE.UU. reactivan las consultas energéticas con México en el marco del T-MEC, Pemex sigue perdiendo solidez en un entorno donde la administración de hidrocarburos en distribución y transporte es cada vez más cuestionada por actores económicos.

Especialistas del sector advierten que esta situación podría derivar en una crisis energética con repercusiones diplomáticas para el gobierno de Claudia Sheinbaum, la Secretaría de Energía, encabezada por Marielena González, y para el propio Pemex, bajo la dirección de Víctor Rodríguez.

Alianzas cuestionables

Uno de los problemas principales ha sido el relajamiento de estándares dentro de la empresa, lo que ha abierto la puerta a alianzas cuestionables entre funcionarios y ciertos proveedores o prestadores de servicios.

Esto ha resultado, por ejemplo, en el redireccionamiento de carga desde terminales de Pemex hacia instalaciones privadas.

Un caso reciente ilustra esta tendencia: una ejecutiva de una empresa privada de infraestructura energética, pero con atribuciones dentro de Pemex, pactó con transportistas desviar volúmenes de carga desde las terminales estatales hacia instalaciones particulares.

Enlaces de alto nivel

Otro caso relevante es el de Sergio Rosado Flores, quien, durante la gestión de Octavio Romero Oropeza, llegó a presentarse como enlace con altos mandos de Pemex, mientras hacía gestiones para diversas empresas del sector.

Actualmente, Rosado ocupa el cargo de Subdirector de Evaluación y Cumplimiento Regulatorio de Pemex, pero hasta 2022 figuraba como representante o socio en al menos 14 empresas del sector energético, según datos entonces publicados por el Registro Público de la Propiedad.

Revelaciones pendientes

El caso de Eduardo Padilla Yebra, exresponsable de Almacenamiento en Pemex Logística, con la gestión de Octavio Romero Oropeza, también levanta sospechas.

Tras ser despedido al principio del sexenio, advirtió que revelaría una lista de información sobre estas alianzas, aunque nunca lo hizo. Su salida, sin embargo, es vista en el sector energético como la punta del iceberg de una posible red de corrupción dentro de la petrolera estatal.

En este contexto, la reactivación de las consultas energéticas por parte de EE.UU. agrava el conflicto en torno a la manipulación del mercado por parte de terceros dentro de Pemex, en aparente violación reiterada del T-MEC.

Especialistas advierten que México podría enfrentar sanciones y mayores riesgos en su relación comercial con su principal socio.

 

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