El consumo industrial de maíz destinado a la producción de harina para tortillas apenas representa 7.1 por ciento del consumo total del grano

El desplome de precios del maíz que ha llevado a una crisis de los agricultores que agarró mal parado al gobierno ha llevado en las últimas semanas a una serie de mitos en torno a ese grano básico.

Desde la idea errónea de que ese ajuste se debe a las importaciones de maíz que hacemos de Estados Unidos hasta el mensaje de que son los industriales de la tortilla los culpables de la condición precaria de precios, lo cierto es que un tema de mercado no lo ha sabido encarar el gobierno.

La respuesta radica en que, al desaparecer Aserca, la 4T dejó de contratar coberturas para hacer frente a una caída de precios que en algún momento se iba a presentar, y que tiene en jaque a productores de estados como Sinaloa, el gigante en la producción de maíz en nuestro país, y por supuesto al gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, porque tras la crisis del maíz viene la del sorgo.

Pero un tema donde vale la pena detenerse es que la Sader de Julio Berdegué Sacristán dijo que los agricultores tendrían que pactar precios con los industriales cuando su impacto en el mercado del grano es limitado.

Y es que, de acuerdo con mediciones del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), que dirige Juan Carlos Anaya, el consumo industrial destinado a la producción de harina de maíz para tortillas —es decir, el que realizan empresas como Minsa, Gruma y Harimasa— alcanza 3.7 millones de toneladas, lo que equivale apenas al 7.1 por ciento del consumo total de la gramínea.

Estamos hablando básicamente de maíz blanco, donde casi el 30 por ciento de la producción la toman los nixtamaleros que realizan el proceso tradicional en la elaboración de tortillas y masa; otra parte va a productos procesados, y otra más a la elaboración de platillos típicos como el pozole.

Habrá que decir que, del consumo total de maíz en nuestro país, que alcanza poco más de 47.7 millones de toneladas, el maíz amarillo representa 27.9 millones, equivalentes al 58.6 por ciento, mientras que las otras 19.7 millones de toneladas son de maíz amarillo —con el 41.4 por ciento— que se destina en gran medida al mercado pecuario, es decir, para dar de comer al ganado avícola, porcino y bovino, y para la elaboración de botanas, cereales, almidones y aceite.

México, si bien es autosuficiente en maíz blanco, debe importar cada año casi 24 millones de toneladas de maíz amarillo que consume y que, como le digo, no va para la elaboración de tortillas, con compras que se realizan a Estados Unidos y que sostienen a la industria pecuaria, y donde menos de la mitad de ese grano proviene de nuestro vecino del norte.

Es decir, se equivocan los que dicen que son los industriales de la tortilla los que manipulan el precio del maíz, y también es cierto que sin las importaciones de maíz amarillo de Estados Unidos no podría sobrevivir la industria pecuaria.

 

La ruta del dinero

La mexicana Paradise fue adquirida por un grupo canadiense por 60 millones de dólares, movimiento que no solo marca la salida definitiva de los socios fundadores, sino que también acelera la transformación de la empresa en un actor global. La marca creció hasta convertirse en la red de retail cannábico más grande de Latinoamérica, con 314 sucursales; aprovechó la visibilidad y el impulso generados por la participación del expresidente Vicente Fox, quien abonó a la profesionalización y posicionamiento internacional del proyecto.

Con presencia ya consolidada en ciudades clave como Miami, Los Ángeles, Panamá, Honduras y Bogotá, el nuevo plan de crecimiento contempla la apertura de tiendas en múltiples puntos de Canadá, el fortalecimiento del mercado en Estados Unidos y una ampliación agresiva en Latinoamérica y Europa. La operación consolida el modelo de franquicias más grande del sector en la región y prepara a Paradise para competir entre las marcas globales de bienestar cannábico…

Una empresa del comercio abarrotero que mantiene expectativas positivas para 2026 es Grupo Sahuayo, que proyecta un crecimiento de 7 por ciento que mucho ayudará en su meta de duplicar en los próximos años el tamaño de la empresa para llevarla a una facturación de más de 2 mil millones de dólares. Sahuayo, que lleva Dieter Holtz, lidera el mercado de mayoreo y medio mayoreo de abarrotes, y entre sus estrategias está la inversión en tecnología y la adaptación más rápida a los cambiantes hábitos de consumo del mexicano, además de la modernización de sus 25 centros de distribución.

 

Por Rogelio Varela / Síguenos en FacebookX y LinkedIn

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