Nos cuentan que el reciente cambio de timonel en la Dirección General de Marina Mercante no fue precisamente un paseo en velero… más bien, hubo olas, viento cruzado y uno que otro rasponcito en cubierta, especialmente para quien entregó el mando, que, dicen los enterados, no salió precisamente entre aplausos y confeti.
Al parecer, el capitán ya traía varias tormentas a bordo: choques con la tripulación base, denuncias laborales en curso y expedientes navegando en el OIC. Vamos, que su brújula ya marcaba ruta de salida desde hace rato.
Por eso, no sorprendió tanto el relevo, y en el radar apareció con fuerza la figura de la Capitana de Marina Claudia Hernández Sordo, joven oficial con hoja de servicios impecable tanto en el mar público como en el privado. Una apuesta que suena a carta fuerte… y bien Armada de México.
Ahora, por los pasillos del Eje 2 Oriente 861 circula, sin saber si es cierto, con más ecos que certezas: que este relevo —desde las altas mareas de Semar— busca mandar un mensajito a los Capitanes de Altura, como quien dice, “si no pudieron con el timón, ahí les va alguien que sí”. Pero ojo, eso lo dicen en voz baja y con mirada de reojo.
Lo cierto es que la nueva directora tiene cancha amplia para meter orden en altamar. Talento tiene, y trabajo no le va a faltar, sobre todo en plazas como Cozumel, donde las embarcaciones de recreo andan más libres que delfines en temporada alta.
