El Puerto de Manzanillo, considerado el más importante de México en volumen de carga contenerizada y comercio exterior, se detuvo por completo este jueves.
Trabajadores de la Aduana bloquearon todos los accesos y carriles de entrada y salida para camiones, lo que significó la suspensión total de operaciones logísticas y comerciales, provocando pérdidas millonarias para el sector.
Desde la madrugada, decenas de toldos comenzaron a instalarse en los accesos del recinto portuario.
Al amanecer, bajo el inclemente sol del Pacífico, los trabajadores permanecieron en plantón durante toda la jornada, en espera de acuerdos con las autoridades federales, que nunca llegaron.
Al caer la noche, el bullicio habitual de grúas, tractores y cargadores dio paso a un silencio tenso, roto apenas por el murmullo de las conversaciones de los inconformes.
Lo que inició como bloqueos parciales el lunes anterior, se transformó en una protesta masiva.
Los trabajadores aduanales denunciaron condiciones laborales precarias, abuso de autoridad, acoso laboral y jornadas extenuantes de hasta 18 horas continuas, sin condiciones dignas ni respeto a sus derechos.
Cierre total de operaciones
Ante la creciente tensión, la Administración del Sistema Portuario Nacional (ASIPONA) de Manzanillo emitió un comunicado informando que los bloqueos impedían el ingreso de autotransporte de carga al puerto, dejando varadas millones de toneladas de mercancías y cancelando la llegada y salida de contenedores.
El conflicto se intensificó tras el despido de cinco trabajadores de la aduana, aparentemente sin justificación.
Esto, en medio de una aduana militarizada bajo control de elementos de la Secretaría de Marina, que exacerbó el descontento entre los empleados que señalaron arbitrariedades y represalias.
Desde las cinco de la mañana del jueves, las posiciones de las partes no cambiaron.
El paro se mantuvo firme y sin diálogo efectivo con las autoridades, mientras decenas de camiones se acumulaban a las afueras del recinto.
Impacto logístico y económico
Preocupados por las consecuencias que esta situación genera para el comercio exterior nacional, el Comité Marítimo Nacional y de Comercio Exterior —que agrupa a los principales organismos cúpula del sector— solicitó al titular de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), Rafael Marín Mollinedo, atender de inmediato el conflicto en Manzanillo.
A través de una carta, el Comité expresó su disposición a colaborar para restablecer los procesos portuarios, proteger los empleos y salvaguardar la actividad comercial del país.
En la misiva se enfatizó que el paro ha ocasionado la paralización total de los procesos de despacho aduanero, revisión de mercancías, liberación de contenedores y operación marítima.
El peso de Manzanillo
El Comité Marítimo está integrado por la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), la Asociación Mexicana de Agentes Navieros (AMANAC), la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales (CAAAREM) y el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE), quienes coinciden en que la prolongación del conflicto encarece los costos logísticos y pone en riesgo la competitividad nacional.
Los trabajadores aduanales anunciaron incluso la posibilidad de extender el paro a nivel nacional, tras denunciar que se incumplió con la instalación de una mesa de trabajo en la que participarían supervisores de la Secretaría de Marina, representantes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y los mismos empleados inconformes.
Durante la protesta del lunes 12 de mayo, los trabajadores portaban pancartas con consignas como “Jornadas dignas” y “No más abuso laboral”.
En ese momento, denunciaron que apenas 300 personas realizan el despacho de contenedores que al año suman más de tres millones de unidades y atienden un tránsito diario de más de 3 mil camiones y más de 20 trenes a la semana.
Acusaciones y señalamientos
Los empleados señalan como responsables de la crisis a Rodolfo Torres Chávez, titular de la Aduana de Manzanillo desde el pasado 15 de abril, y a Edmundo Aceves Torres, coordinador cercano al director, a quienes acusan de haber impuesto condiciones de trabajo abusivas y represivas.
Esta crisis laboral, que afecta no solo a los trabajadores sino a miles de empresas importadoras y exportadoras, mantiene detenidas las operaciones comerciales del puerto, el cual representa uno de los principales nodos logísticos del Pacífico mexicano.
Mientras tanto, el país enfrenta el reto de resolver un conflicto que evidencia los retos de la militarización de aduanas y la falta de condiciones dignas para los trabajadores que sostienen la cadena logística nacional.
Por Edna Herrera y Antonio Vargas