Mientras los tratados comerciales buscan derribar barreras físicas, EE.UU. ha levantado una que no se ve, pero se escucha: el idioma, luego de que una orden ejecutiva firmada en junio pasado por el presidente Donald Trump exigiera que todos los conductores de camiones de carga que crucen la frontera dominen el inglés.
Oficialmente, la medida responde a criterios de seguridad, pero en la práctica, analistas advierten que podría frenar un flujo económico récord.
En junio de 2025, México y EE.UU. intercambiaron mercancías por 73 mil millones de dólares, un aumento del 8% frente al mismo mes de 2024, según datos de la Oficina de Gestión y Presupuesto de EE.UU.
Para miles de operadores mexicanos, no cumplir con el requisito lingüístico podría significar quedar fuera de este comercio en expansión.
Idioma, política y regulación
La medida se sustenta en el Código Federal de Regulaciones (49 CFR 391.11(b)(2)), pero su aplicación inmediata ha generado inquietud.
El Departamento de Transporte (DOT) de EE.UU. advirtió, en comunicaciones enviadas al sector, que cualquier conductor que no demuestre un nivel “suficiente” de inglés será retirado del servicio.
Estados como California, Washington y Nuevo México podrían perder más de 50 millones de dólares en fondos federales si no cumplen la norma en 30 días.
Analistas políticos coinciden en que, en un año electoral, la norma cumple un doble objetivo: proyectar mano dura en migración y establecer un nuevo control sobre la movilidad económica.
Capacitación a contrarreloj en México
Mientras esto sucede, los empresarios mexicanos del transporte ya ofrecen cursos de inglés a sus operadores.
Los Centros de Capacitación para el Trabajo Industrial (CECATI) incorporaron módulos especializados, anticipando la entrada en vigor de la norma.
Aunque todavía no se exige oficialmente, muchas compañías lo perciben como inevitable y lo integran en sus programas de profesionalización.
Leonardo Gómez Vargas, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), que agrupa a las más grandes flotas comerciales e industriales mexicanas, subraya:
"Lo fundamental es que no sea una represalia ni un freno a las operaciones entre México y los Estados Unidos", explicó durante el 9º Congreso de Seguridad Vial celebrado en Querétaro, una de las entidades de mayor movimiento de camiones de carga.
Seguridad vs exclusión económica
En EE.UU., la Asociación de Conductores Independientes Propietarios-Operadores (OOIDA) respalda la medida emitida por el gobierno de EE.UU.
Su presidente, Todd Spencer, afirma que leer señales, entender instrucciones de emergencia y comunicarse con autoridades son habilidades esenciales para la seguridad vial.
Sin embargo, expertos en comercio advierten que, sin acompañamiento institucional, el inglés puede transformarse en un filtro político disfrazado de norma técnica.
Una implementación colaborativa elevaría los estándares de seguridad y profesionalización, mientras un enfoque coercitivo generaría exclusión económica.
En un contexto de crecimiento del comercio binacional y de cadenas de suministro cada vez más integradas, la decisión de convertir un idioma en aduana plantea un dilema.
Por ello, en México, los empresarios se están preguntando si serán ¿puentes o barreras? La respuesta determinará el ritmo de millones de operaciones transfronterizas en los próximos años entre ambos países, que comparten una frontera mayor a 3 mil kilómetros y el cruce constante de operadores por más de una decena de puertos fronterizos.
Por Liliana Gómez y Daniel Zurita / Síguenos en Facebook, X y LinkedIn