La tregua de 90 días en la guerra comercial entre los EE.UU. y China, lejos de reducir tensiones, ha desatado una nueva presión en el transporte marítimo global.
La demanda por mover carga se ha disparado, y con ello, las líneas navieras han incrementado su capacidad, pero también los costos de flete, generando un escenario donde los importadores están dispuestos a pagar mucho más para asegurar sus mercancías.
Según Peter Sand, analista de Xeneta, las tarifas spot en la ruta transpacífico aumentaron un 88%, reflejando la urgencia por reactivar el comercio durante el periodo de aranceles reducidos.
Saturación en el transpacífico
La capacidad para cubrir el comercio entre Asia y Estados Unidos está siendo rebasada, lo que provoca una escasez de espacio en los buques y un aumento exponencial de tarifas.
El Índice de Carga Contenerizada de Shanghái (SCFI) reportó un incremento semanal del 58%, alcanzando 5,172 dólares por FEU (contenedor de 40 pies) hacia la Costa Oeste de EE.UU.
Al mismo tiempo, el índice global Drewry (WCI) aumentó un 41% hasta 3,527 dólares por contenedor, con un alza del 70% en el último mes.
Tarifas al alza
Las tarifas spot desde Shanghái a la Costa Este de EE.UU. crecieron un 46%, situándose en 6,243 dólares por FEU, un 90% más que a principios de mayo.
Solo en la ruta Shanghái–Los Ángeles, los costos subieron un 57% en la última semana, llegando a 5,876 dólares, y un 117% en las últimas cuatro semanas.
En la misma ventana, el costo a Nueva York aumentó 39% la semana pasada y 96% en un mes.
Impacto y reflexión
Este panorama confirma que el transporte marítimo es un factor decisivo en la dinámica del comercio internacional.
El aumento de costos no solo refleja la escasez de capacidad, sino que presagia un impacto en precios finales y cadenas de suministro, evidenciando que la tregua comercial es solo un respiro temporal en un contexto estructuralmente complejo.
La logística y sus tarifas son ahora un pulso crucial en la salud del intercambio global.
