El proyecto del Tren Maya ha sido una de las iniciativas más ambiciosas y controvertidas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Concebido como un motor de desarrollo y turismo en la región sureste del país, prometía unir destinos turísticos y crear oportunidades económicas. Sin embargo, a medida que avanzan los acontecimientos, se hace cada vez más evidente que este tren enfrenta serios desafíos y deficiencias que ponen en duda su viabilidad y beneficios reales.

El gobierno de México dio a conocer una nueva reglamentación para la planificación de infraestructura carretera y ferroviaria a 10 años, buscando mejorar la conectividad en puertos y zonas turísticas, así como fortalecer las conexiones con los EE.UU., y Centroamérica. Al mismo tiempo, el regulador ferroviario ARTF introdujo una nueva norma de seguridad ferroviaria enfocada en garantizar la seguridad en el transporte de pasajeros y carga, adaptándose a avances tecnológicos. Y en otro contexto, Alstom dio a conocer en México, que desarrollará un sistema de monorriel en República Dominicana.