El futuro de la movilidad en México no sólo pasa por los autos particulares eléctricos, también involucra a los vehículos de carga y de última milla, consideradas piezas estratégicas para reducir emisiones y avanzar hacia un modelo de transporte más limpio en las ciudades.
De acuerdo con el estudio Market Spotlight sobre vehículos eléctricos ligeros en México elaborado por el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT, por sus siglas en inglés), las ventas de este tipo de unidades han crecido a un ritmo acelerado en los últimos años.
Sin embargo, los especialistas coinciden en que la transición hacia la electromovilidad enfrenta un reto mayor: incorporar al transporte de mercancías y las flotillas intensivas en recorridos dentro de las ciudades.
“Nos interesa que taxis, transporte público y sobre todo los vehículos de carga que recorren largas distancias hagan la transición hacia tecnologías limpias, porque ahí es donde realmente podemos obtener una reducción significativa de emisiones”, explica en entrevista con Info-Transportes, Leticia Pineda , líder de México y Canadá del ICCT.
Los vehículos de carga
Para Pineda, los vehículos de última milla —los que realizan entregas en ciudades— son un sector estratégico en la transición.
“Como recorren muchas distancias todos los días, si se electrifican antes, el impacto en reducción de emisiones será mucho mayor”, afirma.
A nivel urbano, la electrificación del transporte de carga no sólo tendrá beneficios ambientales, sino también de salud pública.
La contaminación generada por vehículos de combustión interna afecta directamente a las zonas más pobladas, donde las emisiones impactan en la calidad del aire y, en consecuencia, en la salud de millones de personas.
En México, empresas como Amazon, Bimbo, DHL, Estafeta, FedEx, Grupo Modelo, Heineken, Mercado Libre, Pepsico, Sigma, Walmart y 99minutos ya han incorporado camiones eléctricos de última milla a sus operaciones.
Sin embargo, las ventas de vehículos pesados en general enfrentaron un retroceso durante julio de 2025: el segmento de Carga cayó -37.43%, con 1,628 unidades menos, y el de Pasajeros disminuyó -7.61%, es decir, 54 unidades menos frente a julio de 2024.
Aun así, carga se mantiene 1.7% por arriba de los niveles de 2019, mientras que paso sigue 7.3% por debajo del periodo prepandemia.
En cuanto a eléctricos, entre enero y julio de 2025 se comercializaron 36 unidades, una cifra todavía marginal, pero cuadruplica las nueve vendidas en el mismo lapso de 2024.
El gran obstáculo: la red de recarga
La red limitada de puntos de recarga en el país representa un freno a la transición.
De hecho, "debe existir una sincronía entre el crecimiento de la flota eléctrica y la expansión de la infraestructura de recarga. Incluso, esta última debería ir un paso adelante", señala en entrevista Carlos Jiménez , investigador del ICCT.
El experto subraya la importancia de que los gobiernos locales impulsen ordenamientos urbanos que exijan la instalación de infraestructura básica en nuevos desarrollos, como centros comerciales u oficinas.
“No significa que todos deban tener cargadores desde el inicio, pero sí el esqueleto, la canalización, para que puedan instalarse después”, apunta Jiménez .
México ante un cambio global
En un contexto internacional marcado por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, México se encuentra en una posición estratégica, siendo el país el quinto productor mundial de vehículos ligeros, mientras destino cerca del 80% de su producción al mercado estadounidense.
“Si no aprovechamos esta transición, corremos el riesgo de quedarnos fuera del mercado de primer nivel”, advierte Jiménez.
Por ello, “México debe usar su capacidad industrial para producir vehículos eléctricos, no sólo de exportación, sino también para responder a la demanda interna en sectores como la logística urbana”.
Por Liliana Gómez / Síguenos en Facebook , X y LinkedIn