Disolución de alianza Aeroméxico-Delta amenaza 1.8 millones de asientos: pilotos

Lo que empezó en 2015 como una medida administrativa y unilateral de México, para desviar el tráfico del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), promete reactivarse en las próximas semanas, hacia una tensión diplomática y comercial con los Estados Unidos.

Por lo pronto, las aerolíneas mexicanas, encabezadas por Aeroméxico, Volaris, Viva Aerobus y Aerus, entregaron sus itinerarios de vuelos de pasajeros y carga al Departamento de Transporte de EE. UU. (DOT), en cumplimiento de una exigencia derivada del conflicto bilateral más serio en la aviación reciente.

Pero detrás de los números, los aeropuertos y los acuerdos de cielos abiertos, están los pilotos, los sindicatos y los empleos que podrían pagar el precio.

Vuelo en zona de riesgo

“No sabemos con certeza cuáles serían las sanciones, pero tememos que afecten directamente las operaciones y los empleos en México”, advirtió Jesús Ortiz Álvarez, secretario general de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), durante la Asamblea General Conmemorativa de la organización que representa a 1,600 pilotos solo en Aeroméxico.

Impacto con nombre propio

El 19 de julio, el DOT acusó formalmente a México de violar el Acuerdo de Transporte Aéreo de 2015, tras el traslado forzoso de las operaciones de carga del AICM al AIFA, una instalación con una deficiente conectividad en la periferia insegura de la Ciudad de México.

Como represalia, EE. UU. puso en la mira la inmunidad antimonopolio de la alianza Aeroméxico-Delta, pieza clave para la conectividad aérea y el intercambio comercial entre ambos países.

La posible disolución de esa alianza no es una amenaza menor, porque representaría la pérdida de aproximadamente 1.8 millones de asientos entre las dos aerolíneas, con un golpe directo a los ingresos, rutas y empleo del lado mexicano.

Para ASPA, el riesgo no es abstracto: es una sacudida directa a los contratos, turnos y estabilidad laboral de cientos de pilotos.

Respuestas divididas

En el evento, el director del AIFA, general Isidoro Pastor Román, defendió que 82.5 % de las aerolíneas cargueras, incluidas 17 estadounidenses, están satisfechas con la operación en el nuevo aeropuerto, aunque admitió una caída del 16 % en el movimiento de carga durante el primer semestre del año, atribuida a los aranceles estadounidenses.

La percepción positiva no logra ocultar el ruido de motores que suenan más a incertidumbre que a despegue.

Diálogo en pista

A finales de julio, inició el primer acercamiento formal entre gobiernos, para lo cual fue designada una delegación mexicana encabezada por Tania Carro, subsecretaria de Transporte de México.

Sin embargo, la ausencia de la funcionaria en la Asamblea General de ASPA fue leída como una falta de sensibilidad política por el gremio, que pide altura y firmeza para defender los intereses del sector sin fracturar la relación con el vecino del norte.

Porque para los pilotos, cada asiento perdido no es una estadística: es un riesgo real de quedarse en tierra.

 

Por Edna Herrera / Síguenos en FacebookX y LinkedIn

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